sábado, 5 de febrero de 2011

¿Qué es la Filosofía?

Antes del siglo VII a. C. encontramos al mito como forma de pensamiento en la antigua Grecia y era una de las principales fuentes del conocimiento para la sociedad. Posteriormente surgirá la Filosofía, que quiere decir “amor a la sabiduría”, o sea que lo valioso no es tal o cual filosofía sino aquello de lo que ella está enamorada, aquello que enamora al pensamiento y es la sabiduría.
Para hablar de Filosofía hay que tener en cuenta, que el conocimiento humano, a lo largo de la historia, se ha debatido en varias etapas que han evolucionado en la historia a través del tiempo. Así, según la antropología filosófica, rama que estudia al hombre, éstas etapas han pasado por el conocer por medio de la fantasía, expresado mediante imágenes, el conocer mítico, donde lo que no es comprendido es trasladado al campo de la explicación mítica y finalmente, el conocimiento racional que es el denominado filosófico.


El primer momento filosófico, que estudiamos en el mundo occidental se observa en el mundo griego, alrededor del año 600 a. C. con los pre-socráticos, donde la Filosofía limita con lo mítico y lo fantasioso, hasta que finalmente se impone el esfuerzo racional. Pitágoras utilizó por primera vez el término filósofo pero determinar en qué consiste la actividad a la que se dedica el filósofo, esto es pues la Filosofía, resulta en extremo difícil porque cada pensador o cada corriente de pensamiento da una respuesta distinta.


Aunque formalmente se considere que la Filosofía surgió después del siglo VII a.C. existen actividades filosóficas, según mi opinión, previas y que no necesariamente pueden considerarse como mitos. Y bueno, mi reflexión surge de la lectura del libro “Los grandes iniciados” de Edouard Schure, en donde las actividades reflexivas del “porqué de las cosas” y los ritos de iniciación para comenzar el camino hacia el conocimiento no se le pueden relegar a la clasificación de mitos. Y como el mismo Schure comenta en su escrito:

“El mayor mal de nuestro tiempo es que la Ciencia y la Religión aparecen como fuerzas enemigas e irreductibles.”

El autor en su libro nos invita a reconciliar a la ciencia y a la religión que junto con la Filosofía nos mostrarán el camino a las verdades trascendentes.

Tal vez sea por el uso excesivo del lenguaje metafórico que la actividad reflexiva de la antigüedad se le relegue como mito y no como filosofía. ¿Por qué? La respuesta, es tema de una investigación aparte. Y bueno, por lo que compete al presente ensayo, su objetivo fundamental es contestar a la pregunta ¿Qué es la Filosofía? Tarea difícil, ya que a lo largo de la evolución de la actividad filosófica se ha tratado de contestar a ésta pregunta. Y complicado lo es aún más cuando mi profesión no es la de filósofo sino la de abogada pero no por ello la Filosofía es un tema ajeno sino todo lo contrario. Pero en el Derecho nuestro objetivo no es definir que es la Filosofía sino de utilizar la actividad filosófica como un medio para llegar a aproximarnos a la conceptualización de los valores humanos, bienes jurídicos tutelados del Derecho, como lo son la justicia, la libertad, entre otros.

Retomando el tema sobre ¿qué es la Filosofía? Entendemos que al contestar una pregunta que comienza con la palabra “qué” implica un concepto y tratar de limitar a la Filosofía a una sola idea significa limitar su actividad, tal vez por ello no exista un solo concepto, solo aproximaciones y su definición etimológica-psicológica: es el amor al saber (philos, sophia).

Desde sus propios inicios significó, a la vez, el conocimiento de los principios supremos del mundo y de todo lo que contiene. Un saber que come el fruto de la vida, no un saber teórico “sobre la vida”. La Filosofía es la transmisión de lo pensado, la historia del pensamiento, la sabiduría es el testimonio de lo experimentado, la experiencia de la vida misma, de su gusto. Sabio no es quien pensó la vida sino quien dejó que la vida le diga lo que ella misma aprendió viviéndolo a él, quien dejó que la vida le entregue su sabor, le revele su sentido.

Y es así como se adquiere el conocimiento, viviéndolo y así se le revelará al que lo busca. Es oportuno señalar que el problema de la educación en México es que no se permite al maestro mostrar el camino hacia al conocimiento al alumno, veo con gran desconsuelo que la libertad de cátedra está muy lejos de serlo ya que la enseñanza a nivel superior está limitada. Y es que en éste nivel es en donde se debe dejar que los diversos talentos del alumno salgan a flote y solo saldrán cuando el maestro motiva a su aprendiz a buscar el conocimiento y el desarrollo de sus habilidades.

Pero la dinámica de enseñanza es la misma que en los otros niveles inferiores ya que el maestro atrapado en un soliloquio frente a sus alumnos agota sus horas clase mientras los otros esperan el día del examen en el que vaciarán los conocimientos memorizados a lo largo del curso que con el paso del tiempo se desvanecerán y cuando llegue el día en que el alumno, ya lejos de la protección del nido de la universidad, tenga que ponerlos en práctica, se volverá con rencor hacia su maestro.

No a todos les apasiona la búsqueda del conocimiento, la mayoría de los alumnos tienen muchas cosas más en que gastar su tiempo y el maestro ve con desconsuelo que sus más anheladas aspiraciones que lo acompañaban el primer día en que iba a comenzar a ejercer como maestro quedan aletargadas esperando encontrar discípulos y no solamente alumnos que solo desean conseguir un título para colgarlo en la pared.

¿Qué hacer? Es tarea de todos, gobierno, escuelas de todos los niveles, maestros y alumnos hacer que la búsqueda del conocimiento sea lo que indique el rumbo de la enseñanza. Y el medio, no es la memorización ni la repetición de lo ya descubierto sino de utilizar lo existente como punta de laza para la generación de nuevo conocimiento en todas las áreas, en todos los niveles. Porque todos llevamos un filósofo dentro desde niños, desde que la curiosidad del saber porque funcionan las cosas nos introduce al mundo de la filosofía ya que aún sin siquiera saber que existe la filosofía desde niños desempeñamos la actividad reflexiva, la actividad filosófica.

Por ello, no existe una filosofía que represente un punto de vista absoluto y perenne. Por lo mismo, Aristóteles la llamó “la ciencia que se busca”, que siempre está en estado de constitución de su propio objeto. La Filosofía se ha ido abriendo caminos en la historia a través de las discusiones y disputas de los filósofos. También significa que la historia de la Filosofía es esencial a la Filosofía misma, pues en su historia está el todo de la Filosofía. Al mismo tiempo, la filosofía ha evolucionado, surgiendo en su interior diversas ramas: Ética, Metafísica, Epistemología, Antropología y otras.

Desde el punto de vista de la Epistemología se estudian sus distintas acepciones o categorías tales como: Paradigmas, Verdad, Crítica, Falsedad, Conocimiento, Ciencia, Tecnología, Sentido común, pretendiendo obtener la validez del conocimiento. Entendiendo la Epistemología como teoría del conocimiento científico, cuya principal función es la de dilucidar problemas relativos al conocimiento cuyos principales ejemplos son extraídos de las ciencias.

El término Paradigma, siguiendo el concepto de Platón lo entendemos como ejemplo o modelo y la explicación aportada por Kuhn, en el sentido de que la ciencia se mueve dentro de un paradigma, en el cual y sólo dentro del cual parece que se va acumulando conocimiento. Lo que esté fuera del paradigma se rechaza por considerarse metafísico. ¿Y no son los paradigmas muros de ladrillo construidos frente a nuestros ojos?

El termino verdad, se analizará no en el sentido de proposición, sino en el de realidad, diferente a lo aparente, concebida por un intelecto y formulada en un juicio por un sujeto cognoscente.

“La Verdad era otra cosa muy distinta para los sabios y teósofos del Oriente y de Grecia. Ellos, sin duda, sabían que no se la puede abarcar ni equilibrar sin un sumario conocimiento del mundo físico; pero también sabían que reside ante todo en nosotros mismos, en los principios intelectuales y en la vida espiritual del alma. Para ellos el alma era la sola, la divina realidad y la llave del Universo. Reconcentrando su voluntad, desarrollando sus facultades latentes, alcanzaban el luminar vivo que llamaban Dios, cuya luz hace comprender a los hombres y a los seres. Para ellos lo que llamamos el Progreso, es decir, la historia del mundo y de los hombres, no era más que la evolución en el Tiempo y en el Espacio de esta Causa central y de este Fin último. — ¿Creéis que estos teósofos fueron puros contemplativos, soñadores impotentes, fakires subidos a sus columnas? Error. El mundo no ha conocido hombres más grandes de acción, en el sentido más fecundo, el más incalculable de la palabra. Brillan ellos como estrellas de primera magnitud en el cielo de las almas. Se llaman: Krishna, Budha, Zoroastro, Hermes, Moisés, Pitágoras, Jesús, y fueron poderosos moldeadores de espíritus, formidables vivificadores de almas, saludables organizadores de Sociedades. No viviendo más que para su idea, prestos siempre a morir y sabiendo que la muerte por la Verdad es la acción eficaz y suprema, ellos han creado las ciencias y las religiones, por consiguiente las letras y las artes, cuyo jugo nos nutre aún y nos da la vida.” Fragmento; Los grandes iniciados, Eduardo Schure.

Y es así que La Religión, la Ciencia, la Filosofía y el Arte representan cada uno un espacio determinado de la sustancia humana, la Fe, la Experiencia, la Razón y los sentimientos, cada una estudia un aspecto del hombre buscando entender al mundo ideal, natural, espiritual y estético.

La Religión (fe) tiene unas verdades que hay que creer, unas normas de conducta que se deben cumplir y unas manifestaciones exteriores, llamadas culto, con las que se honra a la divinidad, pero su fuente predominante es la Fe, la cual permite al individuo aceptar Dogmas, aún sin ser comprendida por la razón. La Teología, ciencia que estudia a Dios, se mueve entre lo sagrado, lo profano, y el misterio de la divinidad. La razón no puede comprender estos postulados, por lo que la filosofía tiende a ser vista como sierva de la teología. El fin último de la religión transciende hasta alcanzar la perfección para un mundo sobrenatural más allá de la vida y la muerte.

Aunque en el libro de los grandes iniciados nos muestra su autor el lado oculto, el reservado solo a unos cuantos que puedan comprender “la historia interna de la religión eterna y universal”.

“En ella se muestra el porqué de las cosas, el emplazamiento de la humana conciencia, del que la historia no nos ofrece más que un reverso laborioso. Allí alcanzamos el punto generador de la Religión y de la Filosofía, que se reúnen al otro extremo de la elipse por medio de la ciencia integral. Este punto corresponde a las verdades trascendentes. Allí encontramos la causa, el origen y el fin del prodigioso trabajo de los siglos, la Providencia en sus agentes terrestres. Tal historia es la única de que me ocupo en este libro.”

Y con ésta cita textual no pretendo profanar la secularización de la educación solo dar énfasis a que hay aspectos del conocimiento quizá uno de las más trascendentales que se han quedado en el olvido o que se reservan solo a unos cuantos. Ya que los dogmas deben quedarse en los templos pero la revelación de la historia interna de la religión debe mostrarse a través de la filosofía, bueno, al menos eso pienso…por ahora.

Por otro lado, la Ciencia (experiencia) se encuentra más pegada a los hechos empíricos, aquellos enunciados que están más cerca de los hechos comprobables, que pueden verificarse a través de la observación y de la experimentación, la inducción en su método por excelencia. En sus orígenes la ciencia y la filosofía constituían una sola cosa. Ahora Filosofía y ciencia no sólo no se oponen, sino que se encuentran como dos extremos.

En cuanto a El Arte (sentimientos) hace referencia a la realización de acciones que requieren una especialización, como por ejemplo el arte de la jardinería, el arte de jugar al ajedrez o el arte de la guerra. Es toda creación u obra que exprese lo que el hombre desea exteriorizar, obedeciendo a sus propios patrones de belleza y estética. Aunque profundiza y estudia al ser humano, el concepto de arte depende de cómo ve la sociedad el mundo en su época, no puede ser generalizado porque lleva una carga de subjetividad que lo hacen único y constantemente cambiante. Es estudiado por la filosofía del arte.

Por último, La Filosofía (razón) por ser ciencia universal va mas allá de los límites de cada ciencia, las toma a cada uno y estudia sus hechos y principios que atañen en la generalidad del hombre, el mundo, sus pensamientos y sus fines. Ella se ubica como en dos polos entre los que se desarrolla todo el pensamiento racional de la humanidad.

“La Religión y la Ciencia, estos guardianes supremos de la civilización, han perdido una y otra su don supremo, su magia, la de la grande y fuerte educación. Los templos de la India y del Egipto han producido los más grandes sabios de la tierra. Los templos griegos han moldeado héroes y poetas. Los apóstoles de Cristo han sido mártires sublimes y han hecho brotar otros mil. La Iglesia de la Edad Media, a pesar de su teología primaria, ha hecho santos y caballeros porque creía, y por intervalos el espíritu de Cristo palpitaba en ella. Hoy, ni la Iglesia aprisionada en su dogma, ni la Ciencia encerrada en la materia, saben hacer hombres completos. El Arte de crear y de formar las almas se ha perdido, y no se volverá a encontrar hasta tanto que la Ciencia y la Religión, refundidas en una fuerza viva, se apliquen juntas y de común acuerdo al bien y la salvación de la humanidad. Para eso, la Ciencia no tiene que cambiar de método, sino extender su dominio; ni el cristianismo de tradición, sino de tratar de entender los orígenes, el espíritu y el alcance.

Ese tiempo de regeneración intelectual y de transformación social, llegará, de ello estamos seguros. Ya presagios ciertos lo anuncian. Cuando la Ciencia sepa, la Religión podrá, y el Hombre laborará con una nueva energía. El Arte de la vida y todas las Artes no pueden renacer más que por su mutuo acuerdo. Pero, entretanto, ¿Qué hacer en estos tiempos que parecen el descenso en una sima sin fondo, con un crepúsculo amenazador, precisamente cuando su principio había parecido el ascenso hacia las libres cumbres, bajo una brillante aurora?

La fe, ha dicho un gran doctor, es el valor del espíritu que se lanza adelante, seguro de encontrar la verdad. Esa fe no es la enemiga de la Razón, sino su antorcha; es la de Cristóbal Colón y de Galileo, que desea la prueba y la objeción, provando e ripovando, y es la sola posible en el día. Para los que la han perdido de un modo irrevocable, y son muchos -porque el ejemplo ha venido de arriba -, el camino es fácil y está completamente trazado; seguir la corriente del día, sufrir a su siglo en vez de luchar contra él, resignarse a la duda y a la negación, consolarse de todas las miserias humanas y de los próximos cataclismos con una sonrisa de desdén, y recubrir la nada profunda de las cosas - en que sólo se cree - con un velo brillante que se adorna con el hermoso nombre de ideal, pensando al mismo tiempo que éste no es más que una quimera útil.

En cuanto a nosotros, pobres seres perdidos, que creemos que el Ideal es la sola Realidad y la sola Verdad en medio de un mundo cambiante y fugitivo; que creemos en la sanción y el cumplimiento de sus promesas, en la historia de la humanidad como en la vida futura; que sabemos que esa sanción es necesaria; que ella es la recompensa de la fraternidad humana, como la razón del Universo y la lógica de Dios; - para nosotros, que tenemos esa convicción, sólo hay un partido, que debemos abrazar: afirmemos esa Verdad sin temor y tan alto como sea posible; echémonos por ella y con ella en la palestra de la acción, y por encima de la batalla confusa, tratemos de penetrar por la meditación y la Iniciación individuales, en el Templo de las Ideas inmutables, para armarnos allí con los principios infrangibles. Es lo que he tratado de hacer en este libro, esperando que otros me sigan y lo hagan mejor que yo.” Edouard Schure – Los Grandes Iniciados Fragmento.

Concluyendo afirmo que la búsqueda del conocimiento, de la verdad relativa debe de ser una ardua y a la vez disfrutable actividad compartida entre maestro y alumnos que trasformen las aulas en laboratorios de creatividad y generadores de ideas que no solo sirvan para nutrir el espíritu o la necesidad imperiosa de satisfacer nuestra curiosidad sino que también transformen la vida de otros y del país en que vivimos formando mejores seres humanos sensibles al entorno en que se desarrollan, no solo social, sino también natural. Lo que nos diferencia de los otros seres vivos, es el raciocinio, la razón hace al hombre pero el conocimiento de las verdades trascendentes nos hace humanos. Y solo se llega a la verdad a través de la filosofía, la ciencia, la religión y el arte porque el ser humano es ese cúmulo de cosas, la Fe, la Experiencia, la Razón y los sentimientos. La conjunción del mundo ideal, natural, espiritual y estético en uno solo, el ser humano.

Y lejos de ser una expresión lisonjera pero si de reconocimiento de que una gran prueba de la búsqueda del conocimiento fue la materia de Introducción al pensamiento filosófico de la Educación Superior, y es, verbigracia, este ejercicio de elaborar un ensayo sobre ¿qué es para mí la filosofía? Y más que ensayo considero que ha sido una manifestación ardua de mi actividad reflexiva y de una incipiente pero luminosa actividad filosófica que ha despertado mi espíritu investigador aletargado por el materialismo del conocimiento en el que he estado inmersa por un par de años pero ahora llevaré a la Filosofía como antorcha en la búsqueda del conocimiento del Derecho que tanto me apasiona por no distar otras ciencias y sé que me acompañará a través del desarrollo de mi aprendizaje de posgrado así como en mi actividad docente.










Bibliografía


· Schure Edouard; Los grandes iniciados, Ed. Tomo.
· Vargas Douglas; Curso de Filosofía.